Bienvenidos a Numantino Ecochacra

Para comenzar nos gustaría dar a conocer los motivos del nombre y su origen.
De las múltiples acepciones de la palabra numantino, nos apropiamos de la que más nos gusta y que creemos que mejor nos representa. Numantino refiere a la tenacidad extrema.
Una tenacidad que nos lleva a ir más allá de nuestros sueños, a proyectar sin tener en cuenta que el tiempo es finito. También nos gusta la palabra (en la versión elegida) porque asimismo esa tenacidad extrema en la naturaleza, que pese a todo lo que hacemos para cambiarla ella cada tanto nos demuestra que es potente, vital y que está presente en todo. Que no es posible vivir alejado de ella pese a que las ciudades (con su artificialidad) nos hacen creer que todo lo que se necesita está ahí.
Pero en las ciudades no están trinos de los pájaros, el olor de los aromitos, el rocío de las mañanas, los atardeceres mágicos, el olor a río limpio ni la fragancia de la tierra mojada por la lluvia, el olor a pan recién horneado con leña. Lejos de las ciudades todo sabe distinto, hasta un simple mate.
Las ciudades se apropian de la naturaleza. En nuestra chacra nos integramos a la misma, tratando de disminuir nuestro impacto, reduciendo nuestra huella ecológica, potenciando aquello que es bueno para la misma y por ende, bueno para nosotros.
Esa forma de comunión e integración es la que nos diferencia. No vivimos como nuestros abuelos, vivimos mejor. Vivimos integrados a la naturaleza, esa misma naturaleza que de forma resiliente repuebla zonas devastadas por nuestras acciones, como por ejemplo la explosión de Chernóbil que dejo una zona libre de humanos y que hoy por hoy sin necesidad de nuestra intervención va haciendo de ese lugar un espacio de adaptabilidad y conquista por otros seres vivos que se adaptan, resisten a condiciones en las cuales nosotros no sobreviviríamos.
Sin ir más lejos en nuestra provincia, la minería a cielo abierto de minerales no metalíferos nos ubica en los primeros lugares de extracción del país dejando pasivos ambientales invisibilizados por las características de estas explotaciones. Así y todo, una vez abandonadas sin ninguna intervención humana dado que ha perdido valor (económico) del sitio, la naturaleza en forma lenta y silenciosa va recuperando las cavas: aparecen primero los espinillos (aromitos), luego los pájaros, luego otros árboles, los huecos se llenan de agua de lluvia o de agua subterránea, los restos de chatarras son poblados de plantas que se los entretejen, animales que los pueblan y al cabo de un par de décadas aquello que era un sitio abandonado nos vuelve a asombrar con vida exuberante.
Es en este ciclo virtuoso donde queremos integrarnos: la naturaleza hace, nosotros hacemos de forma respetuosa y convivimos en una relación virtuosa.
El monte nos da flores, nosotros les damos las abejas que la polinizan, las abejas nos dan miel completando el ciclo.
En nuestra chacra hay vacas, criadas a campo, con pasturas naturales, vacas que caminan que producen carne de calidad, más sana con menos grasa intramuscular, carne que nada tiene que ver con la producida de forma intensiva en corrales, también hay gallinas, liebres, zorritos, ciervos y tantísimos pájaros que alegran el aire con su canto.
En Numantino Ecochacra, se conjugan sensaciones para los cinco sentidos: olores genuinos y gratificantes (petricor, flores, hierbas), colores (muchos verdes, flores y atardeceres), sabores de los alimentos que nosotros producimos, sonidos que traen paz al alma y las texturas diversas.
Los invitamos a conocernos.

Para el que mira sin ver
Para el que mira sin ver
La tierra es tierra nomás
Nada le dice la pampa
Ni el arroyo, ni el sauzal
Pero la pampa es guitarra
Que tiene un hondo cantar
Hay que escucharla de adentro
Donde nace el manantial
En el silbo de los montes
Lecciones toma el zorzal
El cardo es como un pañuelo
Dice adiós y no se va
Campo adentro y cielo limpio
Cha’ que es lindo galopear
Y sentir que adentro de uno
Se agranda la inmensidad
Un mundo en cada gramilla
Adioses en el cardal
Y pensar que para muchos
La tierra es tierra nomás.